Los perros pueden cambiar de comportamiento si sienten dolor

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Los perros pueden cambiar de comportamiento si sienten dolor

Cuando en un perro se produce una alteración de su bienestar normalmente puede ir relacionado con el sentimiento de dolor. Por lo tanto, es importante su diagnóstico y tratamiento.

Cambios en el comportamiento producidos por el dolor

El Grupo de especialidad de Etología Clínica de la Asociación de Veterinarios Españoles en Pequeños Animales publicó un nuevo artículo en el que detalla los cambios de comportamiento asociados al dolor en perros. Si nos adentramos en la sintomatología del dolor encontramos casos fácilmente identificables y más evidentes como los cambios en la postura corporal, expresiones faciales o ruidos vocales. Pero también existen casos en que se produce un cambio en la conducta del perro que en muchas ocasiones son más difíciles de identificar. El dolor puede dar lugar a ciertos cambios de conducta modificando comportamientos normales en el perro o, incluso, haciendo que desaparezcan.

Estos cambios en la conducta pueden clasificarse en:

  • Alteraciones en los hábitos alimenticios: Nos podemos encontrar con una reducción del apetito o de la ingesta del alimento que normalmente le damos. También nos podemos encontrar casos de apetito “caprichoso” donde solo ingiere aquellos alimentos que le resultan más apetecibles.

  • Reducción de los niveles de actividad: Pasan más tiempo de lo normal tumbados en su cama o descansando. Los perros pasan gran parte del día en reposo por lo que es importante conocer cuáles son sus hábitos “normales” de actividad para identificar cuando se produce una reducción de esta. Podemos observar también reticencias al salir a pasear o que una vez en la calle quieran volver rápidamente. Otros casos pueden ser dificultades en movimientos habituales como subir escaleras o saltar.

  • Alteraciones en el sueño: Existen diferentes estudios que evidencian la relación entre el dolor y las alteraciones de los ciclos del sueño del perro. Esto se hace más plausible si observamos que el perro busca el contacto continuo con la familia durante la noche (siempre que esto no sea algo habitual durante la noche) o deambula por la casa.

  • Cambios de comportamiento en el juego: No responden a la llamada de la familia en las sesiones de juego habituales o observamos un cansancio desmesurado y rápido.

  • Aparición de problemas en las interacciones sociales: se muestran más susceptibles e irritables ante interacciones con la familia o con otros perros pudiendo reducir el contacto o modificando el comportamiento habitual.

Los cambios de comportamiento no siempre son fáciles de asociar al dolor pero, en caso de identificar alguno de los cambios en el comportamiento habitual que hemos detallado, es recomendable ponernos en manos de un especialista veterinario para un diagnóstico correcto y un tratamiento adecuado.